Las transformaciones experimentadas por los sistemas de bienestar.
A la hora de abordar el análisis de los sistemas de bienestar, tanto de su configuración como de su evolución en sus diversas transformaciones es necesario comenzar por el concepto de ciudadanía, entendido de un modo clásico como el conjunto de derechos y deberes que vincula al individuo a la plena pertenencia de una sociedad. Esta ciudadanáia consta de tres componentes (T. H. Marshall, 1950): el civil, el político y el elemento social, que se fueron adquiriendo de forma diacrónica a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX. Hoy en día es un concepto íntimamente relacionado con los sistemas políticos democráticos que garantizan la versión contemporanea de los tres componentes expuestos.
La vinculación entre los conceptos de ciudadanía y de estado de bienestar devienen del reconocimiento progresivo de la primera, como ya se ha indicado, para paliar las consecuencias desigualadoras de los sistemas capitalistas mediante la creación de unos sistemas de protección por parte del estado, configurándose así el estado de bienestar.
Se puede decir que el estado de bienestar es la expresión de la ciudadanía social.
Resaltan, por lo tanto, dos actores clave en la configuración de la ciudadanía, estado y mercado, que en su “pacto” ofrecen un sistema de protección al ciudadano que a su vez les fortalece.
Al margen de las críticas a priori que se puedan hacer a este estado de bienestar, nace una crisis del modelo de ciudadanía, no del concepto de ciudadanía ni de democracia como modelo del estado que la configura, sino de los mecanismos mediante los que se garantizan (las instituciones públicas). Los factores que producen esta situación son tanto internos como externos al estado:
- Internos:
- Problema de legitimación política y cultural: la cultura política está en crisis y por tanto la participación en la misma y se desligitima al estado para hacer su función.
- Problemas de organización: escasa eficacia y eficiencia en la regulación social.
- Problemas de regulación social: incapacidad de la gestión regulatoria que se le atribuye al estado y su acercamiento a la ciudadanía.
- Problemas de recursos y costes: gestión del sistema y desconfianza de la gestión que se realiza desde los actores políticos.
- Externos:
- Problemas de impulso económico: Sostenibilidad económica y dependencia de los derechos en función del ciclo esconómico.
- Problemas de las formaciones sociales intermedias: debe el estado gestionar las pisiciones intermedias entre él y el ciudadano.
- Cambios demográficos:cómo gestionar un sistema con una pirámide poblacional invertida
- Dificultades de gestión de grupos y estratos: está capacitado el estado para gestionar toda la pléyade de minorías que la propia ciudadanía hizo emerger?
Se descuelga de este análisis que el problema central de esta crisis radica en cuestiones de referencia cultural, especialmente la cultura política[1] que viene representada por una comundad democrática y progresista que si bien hasta ahora caminaba con el binomio democracia-ciudadanía ahora lo pone en duda (a pesar de su profunda interrelación).
Por parte del estado se iniciaron reformas institucionales (años 80) que le acercaran al ciudadano y por ende hacer más gobernable el sistema, pero no fortalecieron el sentido inverso, el de acercar los ciudadanos al sistema que seguía siendo distante
Por parte de la ciudadanía en vista de que ni el estado ni el mercado se buscaron fórmulas que les acercaran a la consecución de respuestas a sus necesidades, y la construcción partió del mismo concepto de ciudadanía encarnado en el nacimiento del tercer sector.
Por tanto el tercer sector es la expresión clara de la sociedad civil organizada haciendo uso de su ciudadanía en un estado que no cumple sus espectativas por estar configurado en un sistema de bienestar alejado de la ciudadanía y por ese mismo motivo erroneo.
El surgimiento del Tercer Sector en las sociedades avanzadas.
Como ya se introducía en el apartado anterior la crisis del binomio estado-mercado en cualquiera de sus configuraciones, bien colectiva (marxismo), bien individualista (liberal) ha llevado a la sociedad a una era de post-moderniad que es el marco donde se genera el tercer sector como actor del proceso de modernización.
Y es modernización porque busca el progreso que no le otorga ni el estado por incapacidad ni el mercado por desigualitario. Es el paso de una ciudadanía pasiva a una ciudadanía activa que se organiza en una amplia galaxia oranizativa de diversos tipos de organizaciones que adquieren diversas configuraciones con clara finalidad social y sin lucro más alla del estado y el mercado.
Para comprenderla hay que entender el tercer sector como una trama social del que hay que analizar sus relaciones internas mediante observación interna y externa y su relación con el entorno.
La tabla que se presenta a continuación pretende resumir de forma muy visual lo que implica la creación del tercer sector, como la creación de una vía alternativa que mantiene paralelismos con los otros sectores sociales al crear su propia versión de sus valores y características adaptada a sus necesidades según la observación externa como interna: nueva forma de economía, de entender la política, la ciudadanía, etc.
Sistema societario
|
Identificador
|
Observación externa
|
Observación interna
| ||
Mercado
|
Riqueza
|
Economía social
|
Debe disponer de propios medios
| ||
Estado
|
Normas
|
Nuevos sujetos políticos
|
Debe contar con una articulación específica de normas formales e informales
| ||
Tercer Sector
|
Sociedad civil
|
Nuevas redes de sociabilidad
|
Existencia de recursos humanos desinteresados
| ||
Redes primarias
|
Familia
|
Nueva cultura civil
|
Debe tener como referencia determiandos modelos y valores
| ||
La respuesta a este apartado del surgimiento de tercer sector en las sociedades avanzadas es en cierta forma redundante, pues en sí es el producto de estas sociedades ya que sin el estado de bienestar no es posible la crisis que produce el tercer sector.
Sí surgen iniciativas asociativas en países con escaso desarrollo social, pero no cumplen las características del tercer sector ya que nacen de la ausencia de estado y de regulación y, por decirlo de alguna manera, no tienen la perspectiva de la ciudadanía que hace sociedad, sino más bien protección ante la inerencia del mercado.
El análisis de las características del tercer sector desde diferentes puntos de vista como es su forma común de organización, la propia cultura que lo define, su normatividad e intercambio social intrínseco nos dan una idea muy aproximada de las características que lo definen como un elemento emergente potente que si bien tiene que ser estudiado en relación con los otros sectores necesita, como los otros sus propios esquemas de análisis.
Sus rasgos distintivos.
EL tercer sector presenta una serie de rasgos ditintivos que lo definen como tal (como sector social con su propia identidad) que si bien pueden explicarse como negación de los vacios del estado y el mercado deben ser expresados de forma positiva. Estos son rasgos no solo características:
· Ausencia de lucro, no redistribución de beneficios y finalidades sociales: el tercer sector nace para dar respuestas a los problemas sociales invirtiendo todo su haber en la consecución de dichos fines y si dan beneficios son para reinvertirlos en los mismos fines. Este alejamiento en el reparto de beneficios es la principal característica que lo diferencia del mercado, así como su nacimiento exclusivo para acciones en beneficio de la sociedad. Además, frente al estado se configura como un modelo alternativo de gestión de los recursos orientados hacia la ciudadanía.
· Presencia de voluntarios: es quizás una de los rasgos que más definen este sector, la realización, por parte de ciudadanos, de trabajos de forma gratuíta, con los valores y conflictos (sobre todo frente al mercado laboral) que implica.
· Ethos igualitario y participativo: el tercer sector es el ejemplo claro de un modelo de democracia inclusiva de sus ciudadanos, orientada hacia la participación de sus miembros. Este rasgo es particularmente interesante porque ha dado un salto al sector de la administración estatal con iniciativas de democracia participativa dando un valor considerable a uno de los fines con los que ha nacido el tercer sector: otra forma de hacer las cosas.
· Separación entre consumidores finales y financiadores: el carácter altruísta de su acción hace que busque financiación para realizar servicios. Esto puede entenderse como la búsqueda de una responsabilidad social de los actores sociales, pero tambien como una desvinculación de la persona sujeto de la acción frente a las dificultades de finaciar sus actuaciones (no siempre es igualitaria y perticipativa).
Acorde a los rasgos definidos hasta ahora se diría que el tercer sector es una nueva forma de asocciarse los ciudadanos libres y responsables que pretenden satisfacer las necesidades de una sociedad cada vez más compleja que difícilmente encuentra respuestas en los aparatos públicos y mercantiles.
Pero es en relación a otros factores en los que el tercer sector puede definirse, como inductor de un modelo de relación solidario que se autoregula desde el don hasta el inercambio recíproco.
Por supuesto no es un conjunto de personas idealistas con buena voluntad, sino que presenta una serie de rasgos reconocibles a partir de una organización operativa con criterios de gestión organizada que convierten al individuo no en un elemento más de una cadena de producción de servicios, sino en en un productor esoecífico de bienes relacionales colectivos (si el individuo cencuentra en el sector un rol con el que construir sociedad a partir de sus carácteríssiticas personales y dentro de una red de apoyo es productor directo, porque sea cual sea su función se siente vinculado con el producto final).
Si bien hasta ahora los rasgos eran medianamente generales existen otros más elásticos pero que son propios y definitorios:
Las actividades que se realizan en el tercer sector son reconocidamente variadas, sabiendo la sociedad que desde el mismo se atienden infinidad de situacione que el estado, por fata de flexibilidad no puede y el mercado por improductividad no quiere hacer.
La variabilidad de dimensiones de trabajo y la flexibilidad de su estructura en función de sus recursos y de sus fines son otro rasgo característico.
La concepción del participación con el sector público, como es el caso de algunas entidades que nacen para prestar apoyo al sector público u otras que lo rechazan de forma esatutaria (por ejemplo Greenpeace que rechaza cualquier medio de financiación pública).
Por último y casi enlazando con el apartado siguiente falta analizar la relación del tercer sector con los sistemas de financiación. La prestación de servicios tiene un coste muy elevado que pueden venir del sector público, de la venta de bienes y servicios, de los ingresos por donaciones privadas y de las cuotas de socios.
La concepción de la política de cada entidad del sector y de la forma que quiera cubrir las necesidades detectadas harán que se financie de una u otra forma, con los pros y contras que implica en cada caso: excesiva dependencia de la finaciación pública, procesos de innovación, nivel de autonomía, participación interna de los socios, etc.
La relación entre Estado, Mercado, Tercer Sector y Redes Primarias
Se ha presentado ya como el tercer sector nace de la crisis del estado de bienestar basado en el binomio estado-mercado, por lo tanto nace con cierto espíritu contestatario hacia ambos, pero como está generado en un modelo de ciudadanía constructiva combina elementos societarios de la comunidad reducida en sus modelos de relación y cultura, acercándose a las redes primarias propias de los sistemas familiares y de las sociedades rurales, con elementos societarios. Es decir, su identidad no es ajena a las dinámicas comunitarias propias de las redes primarias y las toma como válidas desde su perspectiva de protección del grupo (como fin que justifica su existencia) pero su vocación de transformación social le lleva a realizar acciones socializadoras y expansivas de transformación.
En lo que se refiere a su relación con el estado y el mercado cabe señalar que existen diversidad de modelos de configuración “administrativa-legal” de las formas del tercer sector que al margen de su posicionamiento político si definen su relación con el medio. Es decir la formalización de una iniciativa como asociación o como cooperativa determina la posición de la forma más cerca del estado o del mercado respectivamente, lo que no es una incoherencia dado que se sigue moviendo en el sistema capitalista defectuoso y desigualitario.
Otra forma de posicionarse ante el resto de los sectores sociales es el método de financiamiento, vuelve el capitalismo, que le puede acercar más al estado, mediante el sustento a través de convenios y subvenciones, al mercado, mediante la prestación de servicios, o la configuración primaria, en un sistema de autofinanciación o financiación básica.
Pero este movimiento no es exclusivo de tercer sector ya que el estado externaliza unos u otros servicios a la ciudadanía mediante el mercado o el tercer sector o el mercado reclama mayor movimiento económico del estado en aras de mantener el nivel económico. Es decir, no son sectores estancos y están relacionados entre sí en un plano tetradimensional.
[1] Resulta interesante remarcar que si se entiende cultura como la interiorización de unos valores que la educación inculca y fortalece, por ejemplo el de todo aquello que se deriva del concepto de ciudadanía, Marshall acertó de lleno en definir que la institución clave de los derechos sociales es el sistema educativo, y que si nuestro estado de bienestar está en crisis es por un fallo grave en la configuración del mismo, no como promotor del ciudadano, sino como sistema de control del mismo (en una comparación que puede ser polémica, es como si el estado sufriera las consecuencias de su endogamia y se necrosara).
No hay comentarios:
Publicar un comentario