lunes, 13 de septiembre de 2010

¡usted!

Hola a todo el mundo!

andamos un poco desperdigados por aquí... entre trabajo (hay gente que cuando vuelve de vacaciones viene con una energía pasmosa... ¡y te llama para decírtelo!) y el tema de nuestra próxima mudanza nos cuesta esto de los blogs.

Soy un obseso de las formas, la educación en el trato me parece fundamental para el desarrollo de una relación. Con esto no quiero decir que esté a favor de los saludos sobreelaborados, pero sí de unas formas mínimas.
Y entre esas fórmulas mínimas se encuentra el "USTED".

Desarrollaré brevemente dos puntos:
  1. En ciertas relaciones (sobre todo profesionales y comerciales) el trato respetuoso marca una distancia muy oportuna para trabajar y que preve la distancia cuando aparecen problemas. No digo con esto que el usted se tenga que mantener, pero yo me siento tranquilo cuando a las dos frases tratando así a alguien me pide que le tutee.
  2. No vale decir "no me trates de usted, que me hace mayor". A ver, el usted es un trato respetuoso y a la gente mayor se le muestra respeto... pero la lógica no es inversa, tratar a alguien de usted no es hacer le mayor, es conferirle una dignidad.
A estos dos puntos puedo apostillar muchos más circunstanciales que los llenan de razón, y en este caso os podré ejemplos personales:
  1. Acabo de cumplir 30 años y me muevo en un trabajo donde en la mayoría de los casos trato con gente bastante mayor que yo e incluso con cargos políticos: ¡TENGO QUE TRATARLES DE USTED! Aunque me miren con sorpresa y me digan: "uy no... que me haces mayor". Lamento decirles que sí son mayores y que no es por eso, sino por respeto.
  2. Voy al banco para tratar el tema de una hipoteca y me encuentro un trato chabacano que se traduce en correos electrónicos mandados desde direcciones generales de la sucursal (sin nombre de un empleado), sin firmar, tratándome de tú y pidiéndome información personal. Es más, estamos en contacto con un banco con el que no nos hemos visto las caras y el correo tiene este mismo perfil. No tenemos ni idea de quien nos está pidiendo la información económica nuestra.
  3. Tenemos un vecino donde vivimos ahora (es una comunidad tranquila, esto fue un incidente al principio de todo) que como tenía un coche muy grande que le entraba mal en la plaza de aparcamiento, en vez de hablar con su vecino de plaza para pedirle que aparcara un poco más cerca de la línea contraria, decidió borrar la línea del suelo y tan tranquilo. En la siguiente reunión de comunidad el vecino protestó y el "borrador" le replicó de tú, a lo que el primero le dijo "por ser tú, trátame de usted". Con este ejemplo quiero decir que cuando estamos en una situación donde no existe confianza con el interlocutor agradecemos que el lenguaje sea formal, solo que en la mayoría de los casos no nos atrevemos a decir lo que este señor (por cierto la carcajada en lareunión fue brutal).
  4. Me llamo Javier, evidentemente las personas cercanas tienden a llamarme Javi (ojo, no todas y dependiendo de las circunstancias). Hablo por primera vez con una Subdirectora Xeral de la Xunta de Galicia, que empieza tuteando sin saber con quien habla, y cuando me identifico y digo que soy Javier, inmediatamente empieza a llamarme "Javi" y en los correos me saluda como Javi. No lo entiendo, de verdad, hay muchas posibilidades por las que puede llamarme así, pero no se da ninguna.

El trato distendido es una maravilla, no es necesario tratar de usted a todo el mundo, ni mucho menos, ni desde el principio, pero sí respetuosamente, es una buena forma de marcar el carácter de la relación con la otra persona.

un saludo

Sean MacGregor

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